jueves, 9 de septiembre de 2010

EL HOMBRE Y SUS DESIERTOS

En la vida el hombre se enfrenta a innumerables desiertos, los cuales debe solventar en su diario vivir, e igualmente a las multiples tentaciones en las que se ve sometido sin importar el tipo de dificultad por la cual esté atravesando; porque precisamente esos desiertos en los cuales nos vemos inmersos son diferentes para cada uno de nosotros; algunos nos vemos sometidos a dificultades económicas, otros somos objeto de problemas de tipo afectivo, o nos atormentan los inconvenientes en el hogar, las relaciones de pareja, problemas de índole laboral, nuestra relación padre e hijo, en fin, son innumerables las dificultades por las que atravesamos y en las que ansiamos encontrar un oasis en medio de ese desierto en aras de  calmar esa sed espiritual, y de la cual precisamos cuando acude ante nosotros la tentación.

Igual aconteció con JESÚS, al ser tentado en el momento de tribulacíón, en Mateo Capítulo 4, versículos 1-4, dice: " Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado 40 días y 40 noches, tuvo hambre. Y vino el tentador, y le dijo: Si eres Hijo  de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. EL respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.".

Observemos como JESUS, al igual que nosotros, tuvo su desierto y en el cual igualmente fue tentado, me pregunto, cuál sería ese desierto de JESUS, muy seguramente la incredulidad de la gente de ese tiempo que no lo veía como el elegido, como el hijo de Dios, o de ver como el hombre era esquivo a buscar la salvación, de ver como se encontraba inmerso en el pecado, porque esas piedras de las que habla la cita son todos nosotros los pecadores a los que vino a salvar JESUS, a convertirlos en pan de vida, entonces absorto de ver como le había tocado a DIOS enviar a su propio hijo para que el hombre tuviera redención ante sus ojos, muy seguramente fue ese el desierto que sufrió JESUS, porque al igual que nosotros, era hombre y como hombre tenía debilidades.

Es así como a pesar de encontrarse en el desierto, al cual fue por el Espíritu, por la fe en DIOS, por la fe incondicional de salvar al hombre del pecado, por esa fe fue JESUS al desierto y dentro del mismo se encontró inmaculado, es así como ayunó 40 días y 40 noches, en ese tiempo fue tanto su fortalecimiento en el espíritu que no le dio cabida a la tentación, pero pasado ese lapso tuvo momentos de flaqueza y en ese tiempo fue tentado y puesto a prueba.

Igual nos ocurre en  nuestro diario vivir, vemos como todo los días somos puestos a prueba dentro de nuestros propios desiertos, nuestra tentación se puede presentar en diferentes maneras, en discusiones dentro del hogar, en tratar mal a nuestros hermanos, en buscar la manera de salir de nuestras afugías económicas sin importar qué debamos hacer para ello, en nuestra relación laboral igualmente nos vemos tentados en nuestro comportamiento con los compañeros de trabajo o con las personas que atendemos, o por el contrario, al ver que no podemos afrontar nuestras dificultades acudimos a refugiarnos en otros caminos que nos conducen a apartarnos más de Dios, y que lejos de ayudarnos a salir del problema nos hunde aun más en él, evitando que podamos ver la luz que nos tiende la mano para ayudarnos con la dificultad.

Entonces JESUS qué dijo cuando tuvo hambre, esa hambre que tenemos todos a diario de caer en la tentación, de descargar nuestro mal momento con nuestros hijos, nuestras esposas (os), de buscar siempre un culpable a todo lo que nos pasa y no nos damos cuenta que somos nosotros el problema y no quienes nos rodean; en ese momento de hambre y que se le cuestiona sobre calidad de ser hijo de DIOS, y le dicen que convierta las piedras en pan, a la dificultad, a esa tentación que lo estaba atormentando le dijo: NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE, que frase tan hermosa para demostrarnos a todos nosotros cuan equivocados estamos en nuestras vidas, cuan equivocados estamos cuando creemos que lo importante son las cosas materiales que nos rodean, el atesorar riqueza, el hacernos a nuestra casa, el conseguir dinero sin importar cómo, el tener los mejores vestidos, el preocuparnos, de manera egoísta, de nuestros problemas, dejando a un lado a las personas que nos rodean, eso es lo que nos dice JESUS, nuestra vida no son solamente nuestros problemas diarios, sino que hay mucho más que eso para una mejor vida.

Y qué es aquello en lo que dice JESUS que es mejor para nosotros, DE TODA PALABRA QUE SALE DE LA BOCA DE DIOS es lo que se debe alimentar el hombre, eso es lo importante, lo que realmente cuenta en nuestra corta existencia en la tierra, en que ante la adversidad debemos aferrarnos aun más en la palabra de DIOS, en sus enseñanzas, así como se aferró JESUS en el desierto en su momento de debilidad, así debemos aferrarnos nosotros, si cumplimos con esa promesa que nos da JESUS, créalo hermano que su vida será diferente, observará cómo su vida cambia, cómo cambian las prioridades en su existencia, como sus problemas quedan en un segundo plano y ya deja de vivir solo para el problema, entonces cuando realmente acudimos a DIOS, a su palabra, nuestra vida mejorará, porque si bien necesitamos del pan para saciar nuestra hambre carnal, es aun más importante esa tranquilidad espiritual para que ese alimento de nuestro cuerpo realmente sea provechoso, de ahí hermanos que debemos ser como JESUS y vencer la tentación, ella siempre vendrá en nuestras dificultades, en nuestros problemas, pero cuando llegué debemos vencerla con nuestra fe en DIOS y evitar hacerle su juego, el cual no es otro que el de acabar con esa tranquilidad que nos da DIOS cuando acudimos a EL para que entre en nuestras vidas.

JESUS es un ejemplo de vida para el hombre, no dejemos que ello sea en vano, y por el contrario pensemos que ese acto de amor que tuvo DIOS con el hombre al mandar a su hijo al mundo, fue para darnos un estilo de vida diferente a aquel que nos venden a diario los medios de comunicación, la moda, y en fin todas las cosas materiales que nos hacen personas muertas en vida, sin esperanza y sin motivo alguno para vivir, y que nos apartan totalmente de DIOS.


Recuerda, DIOS está ahí, búscalo, EL te está esperando.

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