martes, 19 de octubre de 2010

EL HOLOCAUSTO

A partir de hoy vamos a hablar del quinto Libro de la Biblia, el Levítico, el cual contiene la ley de Moises, transmitida por DIOS, de la cual mucho se habla, pero que muchos desconocemos.

"Si su ofrenda fuere holocausto vacuno macho sin defecto lo ofrecerá, de su voluntad lo ofrecerá a la puerta del tabernáculo de reunión delante de Jehová. Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya" Levítico capítulo 1 versículos 3-4.

El holocausto era utilizado por el pueblo de Israel para lavar su pecado, para expiación, tal como aparece en la palabra, y no era otra cosa que ofrecer lo mejor que tenía (ganado bien sea vacuno u ovino), el cual era entregado al sacerdote para que llevará a cabo el ritual de ofrecerlo a DIOS y con su sangre expiar el pecado cometido.

Hoy en día no lo hacemos, por qué, me pregunto, porque Dios nos dio el mejor cordero que todo hombre le pudiera ofrecer, y ese fue su hijo, JESUS, para que a través de EL ya no expiara nuestras culpas, sino que con su sangre derramada en la cruz como si fuese en holocausto, perdonara nuestros pecados, cordero libre de pecado, puro en su más alta expresión, el cual se sobreponía por encima de cualquier ser de la tierra.

Por ello ya no es necesario el holocausto para lavar nuestras faltas, porque la sangre derramada por JESUS en la cruz no fue única y exclusivamente para aquellos hombre, sino para todos los que la habitamos, pues su sangre es como aquella llama que nunca se apaga y alcanza para cada uno de nosotros, ese fue el mejor holocausto para nuestro padre y tuvo que venir de EL, y por qué lo hizo, para poder PERDONARNOS, porque a través de su hijo alcanzamos su misericordia, la cual no habíamos obtenido ni con todos los holocaustos ofrendados por los hombres.

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