lunes, 18 de julio de 2011

EL TEMOR DE DIOS

Exódo 20. 19,20. "Y dijeron a Moisés, habla tú con nosotros, y nosotros oiremos, pero no hable DIOS con nosotros, para que no muramos. Y Moisés respondió al pueblo, no temáis, porque para probaros vino DIOS, para que tu temor esté delante de vosotros, para que no pequéis".

El pueblo de Israel temía a DIOS, como lo hace la gran mayoría de las personas, creen en EL como alguien capaz de hacer daño al hombre, como un padre que quiere lo malo para sus hijos, como un pastor que es capaz de provocar la muerte para su rebaño, ese es el temor que nos han infundado acerca de DIOS.

Pero el mismo Moisés les dice que DIOS no es castigador, no quiere lo malo para su pueblo, sino que el temor del cual hace referencia es para evitar que pequemos, para que si hemos estado en pecado lo dejemos atrás y tomemos una nueva vida, ese es el temor que quiere DIOS para sus hijos.

Proverbios 8.13. El temor de DIOS es aborrecer el mal, la soberbia y la arrogancia, el mal camino y la boca perversa aborrezco.

A DIOS no le gustan muchas cosas de nosotros, para EL no le es grato muchos comportamientos que asumimos en nuestras vidas, muchas maneras de actuar, a EL no le gusta la envidia, los celos, las habladurías, nuestra ira, nuestras groserías, el mal trato hacia nuestros hermanos, hacia nuestros hijos, no le gustan que seamos adúlteros, que cometamos delitos, en fin, son muchas cosas con las que desagradamos a DIOS, y son de aquellas que nos pide que nos apartemos, que las dejemos de hacer, esa es su voluntad, pero en especial aborrece la SOBERBIA, la arrogancia, dos conductas que van de la mano, y que son la madre de todos los males que nos ocurren en nuestra vida.

Por que? se puede preguntar, porque una persona arrogante, soberbia, es aquella que no necesita de nadie, es aquella que dice que él lo puede todo solo, que puede afrontar cualquier situación en sus fuerzas, y por tanto, no necesita de DIOS, lo considera como algo no esencial en su vida, si bien puede creer en su existencia, no le cree a EL, no lo utiliza, no acude ante su presencia, y por ende anda en caminos diferentes a los que nuestro padre nos tiene para cada uno de nosotros, haciendo las cosas que no le agradan a DIOS, ese es un comportamiento de alguien que no le teme, que no hace su voluntad.

DIOS aborrece la soberbia con especial matiz, porque es un comportamiento contrario a lo que es EL, humildad, mansedumbre, sencillez, amor; una persona que es soberbia no pide perdón, no reconoce sus faltas, se cree un ser superior, un ser igual a DIOS, y siempre con el ánimo de superarlo.

Proverbios 14.26,27. En el temor de DIOS está la fuerte confianza, y esperanza tendrán sus hijos. El temor de DIOS es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte.

Por el contrario, el temor de DIOS es la confianza depositada en EL, que es capaz de cambiar nuestras vidas, de hacernos mejores personas, unas personas que siempre van a estar direccionadas por su presencia, por su amor, y por tanto, por el amor a nuestro prójimo, que nos preocupemos no solamente por las personas que nos rodean, sino por todas aquellas que habitan en nuestro entorno, que no seamos ciegos y sordos a las dificultades que presenten las demás personas, que seamos útiles, que tengamos siempre ese sentido de colaboración latente en nuestras vidas, que se vuelva algo tan natural como el levantarnos, asearnos, vestirnos, etc.

Eso es lo que quiere DIOS para nosotros, que hagamos su voluntad, en hacer su voluntad está el temor de DIOS, cuando JESÚS vino al mundo, nos dijo, el principal mandamiento es el amor, amar a nuestro padre por encima de cualquier cosa, y en segundo lugar amar a nuestro prójimo, ahí está la voluntad de DIOS, los otros mandamientos son importantes, pero sin éstos dos no estamos haciendo su voluntad.  Por tanto el temor de DIOS no es el miedo que le podamos tener, sino el hacer su voluntad como un camino para mejorar nuestras vidas, para que no sean vidas de muerte, para ser mejores personas; ello no quiere que no vamos a tener dificultades, y ellas pueden venir bien por lo económico, lo amoroso, la familia, lo laboral, en fin, cualquier tipo de problema, pero podemos estar seguros que si andamos en sus caminos esas dificultades serán más llevaderas no la sentiremos como nuestra carga porque contamos con su ayuda para alivianarlas.

Por el contrario, si no hacemos su voluntad, si seguimos apartados de EL, si seguimos en soberbia, en arrogancia, esas dificultades que con su su ayuda son más livianas, las tendremos que soportar en nuestras propias fuerzas, y ya nos hemos dado cuenta que son muy difíciles de llevar, son demasiados pesadas, y cuando no acudimos a EL nos daremos cuenta que el temor de DIOS no es el mal que EL nos pueda provocar, sino que al andar solos, sin su presencia, no le reconocemos como nuestro consolador y por tanto, por nuestra arrogancia no acudimos ante su presencia para pedirle ayuda, pero no  para utilizarlo como un bombero, sino para entregar completamente nuestras vidas a su obra.

Pero aun, esa persona soberbia, arrogante, tiene la oportunidad de enderezar su vida, de cambiar ese estilo de vida, y reconocer que sin la presencia de DIOS nada es, nada vale y nada puede hacer.

Pero ese pan de vida que es la palabra de DIOS, nos dice que la solución para la soberbia es la humildad, la sencillez, y un ejemplo palpable es la vida de JESÚS, quien de una forma gallarda supo soportar todas las penurias que debía soportar para nuestra salvación, y aún, siendo el DIOS mismo, fue humilde para aceptar esa voluntad que ya estaba escrita en el libro de la vida.

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