martes, 6 de marzo de 2012

LA PACIENCIA DE JESÚS

Nosotros los hombres somos muy dados a dejarnos llevar por las cosas materiales que nos rodean, pues estamos en un mundo en donde prima el dinero, el lujo, nuestros vestidos, el empleo, una buena casa, el último auto de lujo, una mujer que su belleza haya pasado por las manos de un cirujano plástico, o en su defecto, un hombre que igualmente haya recurrido a esos artilugios de la medicina, en fin, nos dejamos deslumbrar por todas las cosas que el hombre ha puesto para convertirse en un esclavo de ellas.

Y este es uno de los aspectos más difíciles de dejar cuando decidimos acudir al llamado de JESÚS, cuando decidimos entrar nuestra vida a sus designios.

Y digo ésto porque a diario leo, escucho, observo, como queremos prosperar en nuestra relación con DIOS, pero esa prosperidad siempre es vista a través de los ojos materiales; pues es muy común el que se diga que DIOS ha prosperado a alguien porque tiene una casa, un carro, un buen empleo, se dice, como lo ha bendecido, como ha tenido misericordia de esa persona, e igualmente es muy común el escuchar y observar como se hacen oraciones para la prosperidad material, para que todas las cosas mundanas fluyan, pues de ser así, es porque DIOS lo bendice abundantemente.

Ello siempre ha sido uno de los motivos por los cuales me aparto mucho del pensamiento del hombre, el querer significar una propseridad material con la comunión con Nuestro Señor, es decir, el achacarle a DIOS todas las cosas que nos ocurren en la tierra, las buenas como las malas, desligándonos con ello la responsabilidad que tenemos en nuestros actos.

Y es que es motivo de preocupación ésto, porque estamos dejando de lado lo que realmente debe significar para nosotros la verdadera comunón con JESÚS, el verdadero sentido de su palabra, el entender lo que realmente quiere para nosotros; pues siempre ha querido que nuestra prosperidad sea espiritual, que escojamos ese camino, camino en el cual lo encontraremos y lo veremos obrar en cada uno de nosotros.

en la segunda carta a los Tesalonicenses, en el capítulo 3 versículo 5, nos dice Pablo:

Y el Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo.

Aquí JESÚS deja ver lo que realmente quiere de nosotros, el que entreguemos nuestra vida a una vida espiritual con DIOS.

Como primera medida nos dice que sea Nuestro Señor quien encamine nuestros corazones a su amor, y por que nos pide ello, en primer lugar porque EL habita en nuestros corazones, de allí emanan de nosotros todo lo que nosotros realmente somos, dice un salmo, de lo que hay en tu corazón habla tu boca, si DIOS habita en EL, pues de tu boca saldrán palabras de amor, palabras de vida, palabras de aliento, palabras de ayuda, palabras de servicio; pero si por el contrario, tu corazón se encuentra revestido de dureza, es como una piedra, es infranqueable, así serán las palabras que salgan de tu boca, muy seguramente hirientes, desvastadoras, que en nada contribuyen el amor que debemos profesar a nuestro prójimo.

Por ello nos pide que encaminemos nuestros corazones a su amor, DIOS ES AMOR, se dice en la palabra en muchos pasajes, de EL solamente emanan acciones de amor para con sus hijos, incluso, no nos reprende, sino que nos deja que con nuestros propios actos caígamos para que podamos entender lo que realmente quiere de nosotros, pero NUNCA actúa en contra de nosotros para hacernos daño; incluso he llegado a pensar que cuando en Génesis dice, El hombre fue hecho a su imagen y semejanza, es porque nos revistió de lo único que nos separa de los demás seres vivos de esa capacidad de amar, por tanto en el amor está esa semejanza que tenemos con nuestro padre, porque lo reconocemos con una fuerza poderosa de amor, amor del cual tenemos al nacer, pero que poco a poco la sociedad se va convirtiendo en la piedra en el zapato para que no podamos dejar aflorar ese sentimiendo dado por nuestro padre.

Entonces quiere que seamos imitadores suyos, que nosconvirtamos en una fuente viva de amor, de vida, de servicio, eso quiere de nosotros, que realmente llevemos a la práctica esos dos mandamientos sobre los cuales está edificado su palabra, el amor a DIOS por encima de todas las cosas, y el amor a nuestro prójimo, mandatos que muy segguramente alcanzaremos cuando encaminemos nuestros corazones a su amor.

Lo segundo, es el revestirnos de la paciencia de JESÚS, siempre hemos escuchado que nadie ha tenido la paciencia de JOB, pero como JESÚS ninguno; se sometió al mandato de su padre, de venir a este valle de muerte, a enseñar a unos muertos de que existía otra vida, una vida que solamente podemos encontrar en sus caminos, una vida de amor, de mansedumbre, de gozo, de ayuda, de perdón; se sometió a los vejámenes más atroces que podían cometerse en ese tiempo en contra de un hombre,  ello a pesar de no estar obligado, de saberse hijo de DIOS y el mismo DIOS, se sometió a nacer como el más humilde de los hombres, para enseñarnos que lo material no lo es todo, porque perfectamente pudo nacer como un rey poderoso, con un fuerte ejército, para sobrepornerse a cuanto enemigo tuviera en frente, Mesías que es como lo querían ver los judios y como lo esperan aún hoy en día.

Entonces JESÚS sin necesidad, sin merecerlo, se sometió a muchas situaciones, única y exclusivamente con el fin de enseñarle al hombre el verdadero camino, y a pesar de ello, observaba como ese hombre no lo aceptaba, incluso entre sus mismos apóstoles existía incredulidad en su palabra, hasta el último momento fue objeto de incredulidad de su parte, y a pesar de ello, siguió con la misma paciencia enseñando a sus discípulos lo que realmentedebía hacerse en aras de optar por un nuevo estilo de vida.

Entonces DIOS quiere para nosotros eso, que nos ciñamos de esa paciencia que JESÚS ostentaba como hombre, que tengamos paciencia en nuestras dificultades, si realmente tenemos una comunión con DIOS, tengamos paciencia que nuestra vida va a cambiar, pues lo espiritual es esencial para lo material,mientras lo material no lo es para lo espiritual, por eso no está bien que optemos por ver las cosas materiales como designios de que realmente estamos haciendo las cosas bien, sino que preocupemos por lo espiritual, JESÚS lo dijo, porque te ocupas de las cosas de este mundo, eso es lo que menos nos debe preocupar, pues las cosas de este mundo son de este mundo, y cuando ya no estemos, seguirán siendo de este mundo.

Por el contrario, debemos preocuparnos en prosperar espiritualmente, es alcanzar la paz interior que EL nos da, procuparnos por realmente limpiar nuestro interior para que DIOS habite en EL sin ningún tipo de tropiezo, lo espiritual te da vida eterna, te da una nueva vida, te da el amor de DIOS, te da la paciencia de JESÚS, y a partir de allí, te va a dar muchas cosas materiales para que el hombre de carne pueda satisfacer sus necesidades.

Pero nunca busques primero lo material y luego lo espiritual, porque ese no es el camino, DIOS-JESÚS está en nuestro espíritu, dejémosle habitar en nuestro interior, y verás que tu vida material será diferente, y entenderás lo mucho que te ha dado desde siempre, sino que no estábamos preparados para entenderlo.

Gózate en la presencia de JESÚS, es nuestro hermano, nuestro amigo, nuestro redentor, no dejes que las cosas del mundo te aparten de tu verdadero camino, más bien, deja que andando por ese camino esas cosas mundanas lleguen a tu vida pero como una consecuencia de tu vida con CRISTO.

0 comentarios:

Publicar un comentario