DIOS ESCUCHA NUESTRAS PETICIONES

"CLAMA A MI, Y YO TE RESPONDERÉ, Y TE ENSEÑARÉ COSAS GRANDES Y OCULTAS QUE TU NO CONOCES" Jeremias 33.3.

Esta promesa DIOS nos la dio  conocer a través del profeta JEREMIAS, en donde claramente nos manifiesta que EL cumple todas nuestras peticiones, solo basta con pedirle y acudir ante su presencia y hará realidad todos nuestros deseos.

Pero en algunas ocasiones las dificultades que a diario nos atormentan nos hacen olvidar las promesas que DIOS a lo largo de su PALABRA nos ha dado  conocer; pero, EL mismo, nos ha dicho que aún en esos estados de postración, de duda, de TENTACION, debemos estar firmes y apegarnos ferreamente a su presencia, porque solamente a través suyo podremos lograr alcanzar la dicha prometida.

Todos nosotros por el solo hecho de ser humanos estamos ligados al mundo terrenal, en el cual DIOS no puso y por lo tanto no podemos desligarlos de él, pero aun en este lugar nos da muestra de su grandeza y misericordia, es así que no nos ha dejado solos en esa lucha para sobrevivir de todas las situaciones que el mundo ofrecea sus habitantes, situciones que en u mayoría trae desolación al hombre cuando se haya por fuera de los caminos de DIOS.

Entonces cuando el hombre decide actuar por su propia fuerza, apartándose de DIOS, es el momento en el que sufre todas las dificultades e inclemencias que el mundo nos tiende a diario,  porque algo es cierto, desde que estamos en el vientre de nuestra madre somos hijos de DIOS, pero es en el deambular de nuestra vida que poco a poco nos vamos apartando de su presencia, y sin darnos cuenta denigramos de nuestra condición de hijos suyos, pero ni aún apartados de EL, nos deja solo, por el contrario está esperando qu recompongamos nuestra vidas y volvamos a su lado y asumamos con potestad esa condición de hijos.

Al respecto, el profeta JEREMIAS continúa dándonos a conocer más de las promesas de DIOS,  " PORQUE VOLVERE A TRAER LOS CAUTIVOS DE LA TIERRA COMO AL PRINCIPIO, HA DICHO JEHOVA. ASI DICE JEHOVA DE LOS EJERCITOS, EN ESTE LUGAR DESIERTO, SIN HOMBRE Y SIN ANIMAL, Y EN TODAS SUS CIUDADES, AUN HABRÁ CABAÑAS DE PASTORES QUE HAGAN PASTAR SUS GANADOS", Jermias 33. 11,12.

Hermanos, no temas por tus temores, por las tentaciones que a diario llegan a tu vida, si tienes sequedad no temas, si tienes tribulación no te aflijas, recuerda que DIOS nos ha prometido que nos sacará de esa situación, que ese estado es pasajero, porque aun en el desierto hallaremos el oasis de nuestra salvación, seremos esos pastores que sin importar la aridez de la tierra encuentran el pasto necesario para que sus ovejas puedan pastar,  pero ello no lo podremos  lograr en nuestras propias fuerzas, sino que debemos acudir a la presencia de DIOS, reconociendo su grandeza, su majestuosidad, aceptando esa condición de ser hijos de DIOS, teniendo  potestad como hijos suyos, solo en ese momento cuando le demos el lugar que merece en nuestras vidas, atenderá nuestro llamado, nuestras peticiones.

No quiere decir ello que cuando nos encontramos por fuera de sus caminos, DIOS no actúa en nuestras vidas, por el contrario es cuando más se manifiesta para hacernos retomar el camino, sino que cuando andamos en el mundo no tenemos los ojos para aceptar que todo lo que pasa en nuestras vidas, por muy pequeño e insignificante que nos parezca, proviene de DIOS y creemos que todo se debe por nuestra condición de ser humano,  actitud errada qu noshace ciegos ante las cosas sobrenaturales de nuestro creador.

Por eso nos pide que le clamemos, sin importar la condición que estemos atravesando, en la abundancia o aun en la escacez nos escuchará y atenderá nuestras peticiones, y nos hará ver lo oculto, lo grandioso, que no es otra cosa, hermano, que la manera como obra en nuestras vidas, nos dará esa gracia de reconocerle como nuestro padre, como nuestro alfarero, y de saber que aun en el vientre de nuestra madre estaba pendiente de nostros, pues desde allí ya nos tenía diseñada la labor a esempr en este mundo.

Hermano no desmayes,  EL te escucha, solo acuda a su llamado, bájate de esa altivez, de ese orgullo que no le permite entrar en tu corazón, atiende su llamado y no te arrepentirás.