lunes, 3 de enero de 2011

PROMESA

"YO, YO SOY EL QUE BORRÓ TUS REBELIONES POR AMOR DE MI MISMO, Y NO ME ACORDARÉ DE TUS PECADOS". Isaías 43. 25.

Recuerda que DIOS nos sacó de EGIPTO, en el cual nos encontrábamos por el pecado, y no hizo acepción de personas para su obra, por el contrario, nos tendió a cada uno su brazo protector y perdonó a cada uno de nosotros nuestras faltas sin importar el tipo de falta, fue su obra de amor que tuvo para cada uno de nosotros.

Y esa maravillosa obra de amor la materializó con la llegada de su hijo a la tierra, lo envió a sabiendas de la dureza con la que lo trataríamos, lo envió a pesar del dolor que iba a pasar para poder llevar a cabo la obra de su padre, esa si es una verdadera obra de amor, y de la cual nosotros debemos copiar en cada una de nuestras vidas.

Porque al contrario de nuestro padre, nosotros si hacemos acepción de personas, escogemos a quienes perdonar y a quiénes no, no actuamos conforme a su voluntad, somos unos seres llenos de rencores y de resentimientos, que perdonamos de una manera condicionada, no lo hacemos en un 100% de corazón, tal como lo hizo DIOS con nosotros.

Por lo tanto, queridos hermanos, así como DIOS nos perdonó sin importar el pecado que cometimos, así debemos actuar con nuestro hermano, es el comienzo de nuestra nueva vida, perdona a tu hermano, a esa persona que te ha hecho tanto daño, a aquella que en otra vida siempre le hubieras deseado el mal.

Empieza a perdonar a tu trasgresor, y hazlo de corazón, olvidándote de todo el daño que te haya hecho, olvidando de una vez por todas la falta y te darás cuenta del beneficio que recibirás en tu corazón, en tu vida, y en ese momento empezarás a actuar realmente como un cristiano, un verdadero cristiano.

0 comentarios:

Publicar un comentario