"Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación". Mateo 5.4.
JESÚS en esta segunda bienaventuranza en el sermón del monte, nos sigue dando los pasos y los beneficios que obtendremos en una vida en Cristo, por tanto nos dice que aquellos que lloran son los que se han arrepentido de sus faltas, los que han decidido acoger a JESÚS en sus vidas, pues hay lloro cuando nos damos cuenta de la oscuridad en la que habitábamos, y eso solo ocurre cuando encontramos la luz, porque así como usted enciende un bombillo en un cuarto oscuro para tener claridad, igual ocurre en nuestras vidas cuando encontramos la luz- JESÚS-, quien nos da claridad en nuestras vidas y nos saca de la oscuridad en la que habitamos.
Por tanto esa LUZ, nos da claridad sobre las cosas en las que andábamos antes de encontrar a JESÚS, antes de abrirle nuestros corazones, y ese conocimiento nos produce un sentimiento de desconsuelo al tener conocimiento de todas las cosas que nos impedían acercarnos a JESÚS, porque como lo hemos dicho, EL siempre ha estado ahí, esperando por nosotros, con la paciencia necesaria para cobijarnos en su regazo y brindarnos el cariño que siempre ha estado presto a darnos.
Entonces JESÚS nos dice que seremos bienaventurados porque tendremos consolación, esa consolación que habla es la que nos brinda a través del espíritu santo, pues en su palabra está escrito:
"Si me amáis, guardad mis mandamientos, y yo rogaré al padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros siempre, el ESPÍRITU DE VERDAD, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce, pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros..." Juan 14. 15-17.
Por eso somos bienaventurados, porque solamente los que aman a JESÚS, los que lo aceptan, los que han dejado que tome el control de sus vidas, podrán ser objetos del consolador, del Espíritu Santo, porque debemos recordar que las cosas de DIOS son sobrenaturales y solamente con los ojos de nuestra alma, de nuestro interior podremos ver las obras que hace en cada uno de nosotros, ya que como lo dice la palabra, aquellos que andan en el mundo, los que están apartados de DIOS, los apegados a las cosas materiales, no podrá recibirlo, porque continúan en esa oscuridad por la que en otrora deambulábamos nosotros, pero que gracias a JESÚS nos dio luz a nuestras vidas y hoy podemos gozar de ese privilegio de contar en el Espíritu Santo el consuelo que necesitamos para nuestros días de tribulación, de dificultad, pues tenemos la certeza de que podemos acudir a EL y encontrar esa paz necesaria para afrontar las dificultades que a diario nos tiene el mundo para cada uno de nosotros.
Por tanto, si no lo has hecho, arrepiéntete, entrega tu vida a JESÚS, deja que tome el control de tu vida, deja todas tus cosas en JESÚS y no en tus fuerzas, y verás la gloria en tu ser, y mejor aún, serás del selecto grupo que puede contar con un consolador para tus momentos de aflicción.
JESÚS siempre ha morado en ti, solamente te falta reconocerlo para que puedas ver la obra de EL en tu vida.
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