domingo, 8 de mayo de 2011

A TI MADRE

Que sabio fue Nuestro Padre al concebir a la mujer y dotarla de ese maravilloso don de engendrar, de dar vida, de continuar con su obra creadora, y fue tan así su acierto que la escogió por madre de su único hijo, y lo hizo así porque no hay nada mas hermoso en el mundo que el amor que una madre le brinda a su hijo desde el mismo momento de su concepción, porque DIOS hizo el cuerpo de la mujer tan perfecta que se transforma desde su fecundación, con el fin de arropar de amor y ternura a ese ser que se esta gestando en su ser.

En su palabra encontramos diferentes apartes que le dan ese lugar tan vital en nuestra sociedad, y en especial en cada una de las familias, porque es la base de ese núcleo, pues en torno suyo gira el vivir en paz, armonía y amor.

"Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa". Efesios 6.2
"...Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies" Proverbios 23.22.

Desde la ley de Moisés, DIOS nos pide que honremos a nuestros padres, y en especial a nuestra madre, a quien no debemos menospreciar en su vejez, porque así como ella nos cuidó en nuestra niñez para que lográramos ser las personas que somos hoy en día, nosotros debemos cuidar de ella cuando llegue esa hermosa edad de la sabiduría.

Prueba de ello es la propia vida de JESÚS, quien antes de llegar a su madurez y de empezar su evangelio, fue arropado por su madre María quien lo prodigo de todo ese amor que una madre da por su hijo, de sus enseñanzas, y siempre atenta para brindarle la mano para levantarlo de sus caídas, pero su amor es tan puro y desinteresado que siempre está atento de su hijo así éste ya se haya emancipado, pues ese amor va hasta el último aliento de vida del ser.

"Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo".

Otra prueba más de la reverencia que DIOS tiene en la figura maternal es el de compararla con el amor que EL nos brinda a nosotros, y el consuelo que en EL hallamos es igual al que nos prodiga nuestra madre, que palabras más hermosas para seguir resaltando la labor de la madre dentro del hogar, porque en un hogar sin ella no se puede cohabitar, porque en ella se erige la figura de la prudencia, sapiencia, de la mansedumbre, de la bondad, entonces le pregunto a cada una de las madres, todavía crees que tu labor en el hogar no es de gran importancia?, todavía crees que dentro de la sociedad en la que vives no juegas un papel importante para su desarrollo?, todavía eres de las que dice que tu trabajo es el más desagradecido?.

Yo te digo que NO, que así no es. porque si hoy en día estoy escribiendo estás lineas fue porque he tenido una madre que me cubrió con su amor, que me enseño a ser una buena persona, a no hacer daño a nadie, a siempre procurar hacer el bien, a ser respetuoso de las personas, a buscar del amor de DIOS, me dio los valores necesarios para poder desenvolverme dentro de la sociedad, siempre ha estado presente en mis dolencias, en mis angustias, a pesar de ya no vivir bajo su manto protector no ha dejado de estar un día pendiente de mi y de mis hermanos, se alegra con nuestros triunfos, sufre con nuestras derrotas, pero siempre encuentra una voz de aliento para animarnos en el momento de la angustia, esa labor si bien no es remunerada encuentra su recompensa en sus hijos, en verlos crecer, en verlos ser personas de bien, en verlos conformar un hogar con las mismas enseñanzas y valores que nos inculcó en nuestra niñez, entonces no podemos decir que es una labor no remunerada, pues esa remuneración es superior a lo material, ya que encuentra sus frutos en el espíritu, en su alma, lugares en donde solamente habita la presencia de DIOS, por tanto su labor le alegra su corazón, pues halla gracia en su corazón.

Por tanto mamita querida, quiero decirte que estoy orgulloso de ti, no pudo DIOS haber encontrado a una mejor mujer para ser mi procreadora, para ser la cuidadora de mi niñez, la maestra de mi infancia, la consejera de mi juventud, la amiga de mi madurez, A TI MADRE QUERIDA quiero dedicarte estas líneas, porque como le dijo DIOS a JESÚS, su hijo, EN TI TENGO COMPLACENCIA, has cumplido una linda labor en cada uno de tus hijos.

De igual forma quiero hacer extensivo las felicitaciones a cada una de las madres, hijas de DIOS, a mi esposa, a mi abuelita, a mis tías, a mis hermanas, a todas y cada una de ellas quiero decirles que Nuestro Padre te bendice todos los días, pues su palabras así lo denotan:
"Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones, reyes de pueblos vendrán de ella". Génesis 17.16.

Por tanto, UN FELIZ DÍA, FELIZ MES Y FELIZ AÑO PARA MI MADRE Y TODAS LAS MADRES, que DIOS las bendiga.




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