lunes, 4 de julio de 2011

VOLVER A CAER

Nosotros como Cristianos, como hijos de Dios, hemos recibido un llamado de nuestro padre para que nos arrepintamos de nuestra vida y busquemos su camino, volvamos a su regazo, del cual nuca debimos apartarnos, por tanto nos pide que hagamos un verdadero acto de contrición para limpiarnos de todo aquello nos apartaba de su presencia, pero igualmente nos pide que dejemos de pecar, así como se lo dijo a la mujer que fue llevada ante la presencia de JESÚS por adúltera e iba a ser apedreada, pero una vez observó que no había nadie justo para alzar una piedra en su contra, JESÚS le dice a la mujer que se levante y deje de pecar.

Es es lo que nos pide en nuestras vidas, que nos levantemos y dejemos de pecar, que nos levantemos de esa vida anterior, de esa vida de desenfreno, en la que nos dedicamos a los placeres de la carne, apartados totalmente de la presencia de DIOS, por tanto nos pide que dejemos esa vida atrás y levantemos nuestras vidas, que seamos como el ave fenix, el cual se levanta sobre sus cenizas, que vayamos a su presencia totalmente arrepentidos y con un cuerpo nuevo, en el que sea lleno de la presencia de su Espíritu Santo.

Así mismo nos pide que dejemos de pecar, que nos olvidemos de una vez por todas de esa vida pasada y demos paso a esa vida nueva en Cristo, la cual nos ofrece para nuestra tranquilidad y paz interior; pero qué pasa cuando aun siendo cristianos, cuando hemos aceptado a DIOS en nuestras vidas, cuando nos hemos arrepentido de esa vida pasada y a pesar de ello, volvemos a caer, volvemos a cometer cualquiera de las faltas que antes hacíamos cuando estábamos apartados de su presencia, o cometemos cualquiera otra de las faltas que le son desagradables a su presencia.

En su palabra nos invita a que confesemos nuestros pecados, en 1a de Juan 1.9, nos dice "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad", igualmente en Proverbios 28.13, dice: "el que encubre sus pecados no prosperará, más el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia".

Vemos en estos dos apartes de las Escrituras, que DIOS a pesar de nuestro arrepentimiento y de andar en sus caminos, es amplio en misericordia para perdonar nuestras faltas, porque EL más que nadie sabe lo inestables que somos, pues a pesar de que nos ha sacado de Egipto, soporta a diario el que caigamos en las tentaciones que a diario se nos interponen en nuestro camino, y sin importar el tamaño de la falta EL perdona nuestros pecados, ello siempre y cuando exista un verdadero arrepentimiento y una voluntad en dejar de hacer las cosas que nos han inducido a caer en ellas.

Por tanto mis hermanos, si queremos ser merecedores de su misericordia, la cual es infinita, de su perdón, no nos dejemos abatir por el hecho de caer nuevamente en alguna de las tentaciones que el mundo tiene a diario para nosotros, pues la falta no está en caer nuevamente en ella, sino en permanecer en esa falta y dejar que ella nos aparte de los caminos de la verdad.

Un verdadero Cristiano es aquel que reconoce haber caído y se arrepiente ante el Padre de esa actitud en aras de buscar esa ayuda espiritual que necesitamos para fortalecernos en CRISTO y no volver a caer, o si ello ocurre, propender porque día a día sea menos las faltas que cometemos para que realmente observemos en nuestros comportamientos un cambio para mejorar nuestra vida y buscar a diario la presencia de DIOS.

Si has caído, no te deprimas, no dejes que te derroten en la lucha que tenemos a diario por seguir el camino correcto, por el contrario, lucha y acudas más ante la presencia de DIOS, pues como bien lo sabemos, es el único camino que nos puede conducir a la felicidad eterna, la cual no está vedada para quienes caen nuevamente y se levantan, sino para aquellos que caen y se dejan llevar en ese abismo.

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