domingo, 12 de agosto de 2012

LA MISERICORDIA DE DIOS

Siempre me he preguntado por qué DIOS tiene misericordia de nosotros, y qué pasaría si no la tuviera, primero, la misericordia es el aspecto compasivo del amor hacia aquel que está en desgracia, o que por su condición no merece ningún favor, lo cual ya me da una luz del por qué DIOS tiene ese sentimiento hacía nosotros, porque lo hace expreso en cada uno de sus actos que se traslucen en nuestro diario vivir, y no es otro que el amor que nos tiene, el pesar que le da acerca de nuestra forma de actuar, de nuestros actos que en nada se asemejan a lo que EL quiere de nosotros.

en el salmo 103 versos 8 al 11, nos habla el salmista sobre la misericordia de DIOS, y nos dice:

"Misericordioso y clemente es DIOS, lento par ala ira, y grande en misericordia, ni contendrá para siempre, ni para siempre guardará su enojo, no ha hecho con nosotros conforme nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme nuestros pecados, porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen"

Así como se dice que es lento para la ira y grande en misericordia, no significa que la ira de DIOS es el castigo, se dice DIOS no castiga con palo ni con rejo sino con nuestro propio pellejo, pero realmente si DIOS es amor, cómo vamos a creer que EL va a actuar en nuestra contra, nos va a someter a situaciones difíciles, nos va a castigar, no son nuestros propios actos los que nos conllevan a pasar trabajos, a que nos vaya bien o mal, si actuamos mal en nuestra vida, muy seguramente nos va a ir mal, por el contrario, si actuamos bien, frutos buenos son los que vamos a recibir.

DIOS no quiere lo malo para nosotros, EL nos dio la vida, esa vida espiritual cuando decidimos abrir nuestros corazones a EL, pero nada puede hacer frente a nuestros actos, los actos del hombre del hombre son, pero esos actos se dividen en dos, los que se realizan en nuestras propias fuerzas, en nuestro sentir, y los que realizamos bajo la dirección de DIOS, bajo su conducción, los primeros igualmente pueden ser buenos o malos, pero los segundos, los que hacemos conforme lo que quiere Nuestro Padre de nosotros, son de fruto, son de bienestar, son de amor, de lo contrario no podríamos hablar que son conforme la dirección de DIOS, porque de EL no proviene nada malo, no existe el castigo divino, es un invento del hombre para tener atemorizado al hombre y  utilizarlo, DIOS, no tiene la culpa de la maldad nuestra, de lo que hemos hecho con la vida que EL nos dio, pero sin importar ello, su misericordia es eterna, y siempre está dispuesto a perdonarnos sin importar cuan grande es el mal que hemos hecho.

Dice el salmista, no ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, te puedes imaginar si DIOS nos castigara, cuál sería nuestro castigo si tuviera en cuenta nuestros actos, pero dice la palabra que a EL no le importa lo que hayamos hecho en nuestra vida, le importa es que volvamos al camino que siempre nos ha mostrado, el que debemos seguir, eso es lo que realmente le importa, y siempre está dispuesto a perdonarnos, todo gracias a la misericordia que tiene para con nosotros, no la merecemos, pero igual, EL nos la brinda, porque su amor hacía nosotros es infinito.

Así como dice el salmista, que es tardo para la ira e inmenso en misericordia, así debemos actuar en nuestras vidas, no dejarnos llevar por nuestros impulsos, sino pensar primero y luego actuar, esa es la invitación que nos hace la palabra, y así como EL tiene la misericordia con nosotros, igualmente podemos tenerla con las personas que comparten nuestro entorno social, así pienses que esa persona no la merezca, recuerda, nosotros no la merecemos de DIOS, pero igual, EL nos la da.

Dice la palabra, serán objeto de la misericordia los que le temen, pero no ese temor reverencial de que nos vaya a hacer algo malo, sino de temer su palabra, de cumplir su mandato, de hacer lo que EL quiere de nosotros, y que no es otra cosa que amarnos, porque recuerda, nada somos sin amor, sin DIOS en nuestra existencia, y todo aquel que no le teme, que no quiere seguirlo, pues no va a ser objeto de su misericordia porque no ha permitido la entrada de DIOS a su vida, a querido seguir actuando en sus fuerzas, pero para esa persona, sin importar cuánto tarde en dar su vida a DIOS, EL lo estará esperando para abrigarlo con todo su amor, con toda su misericordia y su gracia, las cuales no merecemos, pero igual EL nos la da.

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