lunes, 1 de octubre de 2012

DIOS PROVEE

Para nadie es un secreto que DIOS provee nuestras vidas, tanto lo espiritual como lo material, y ello no significa que te de un cheque para que compres tus provisiones, sino que la riqueza espiritual de la cual nos alimenta conlleva a las provisiones materiales, necesarias para nuestro cuerpo.

Pero así como sabemos que DIOS nos suministra lo necesario, será que entendemos que debemos saberlo esperar y no desesperarnos y dejarnos llevar por nuestro propio deseo, porque cuando no estamos pasando ningún tipo de aflicción es muy fácil comprender que Nuestro Padre es quien nos da el maná para nuestro espíritu y nuestro cuerpo, pero qué pasa cuando pasamos por alguna situación adversa, o cuando sentimos que no podemos soportar más y nos abandonamos a nuestras propias fuerzas, muy seguramente en esas condiciones flaqueamos y no sabemos esperarlo, pero es allí cuando la  gloria del Señor se magnifica y hace presencia.

En la biblia hay muchos pasajes que nos hacen ver esta situación, uno de ellos es la historia de Eliseo y la viuda, que nos muestra como DIOS nunca nos abandona y llega siempre a nuestro auxilio.

En 2a. de Reyes capítulo 4, 1.7 dice: 

Una mujer, de las mujeres de los hijos de los profetas, clamó a Eliseo, diciendo: Tu siervo mi marido ha muerto; y tú sabes que tu siervo era temeroso de Jehová; y ha venido el acreedor para tomarse dos hijos míos por siervos. 
Y Eliseo le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu sierva ninguna cosa tiene en casa, sino una vasija de aceite. 
El le dijo: Ve y pide para ti vasijas prestadas de todos tus vecinos, vasijas vacías, no pocas. 
Entra luego, y enciérrate tú y tus hijos; y echa en todas las vasijas, y cuando una esté llena, ponla aparte. 
Y se fue la mujer, y cerró la puerta encerrándose ella y sus hijos; y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite. 
Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces cesó el aceite. 
Vino ella luego, y lo contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.

Se trata de una mujer, viuda, con varios hijos del matrimonio, la cual se encontraba en una situación bastante difícil, pues lo mucho o poco que le dejó su esposo ya lo había consumido, y solo contaba con un poco de aceite para subsistir, pero a esa situación había que sumarle el hecho de ser viuda, que para la época era un condición que dejaba a la mujer en una situación social bastante lamentable, más aún cuando se trataba de una sociedad netamente dominada por el varón, y muy seguramente esa condición de viudez fue la que le impidió salir avante y por el contrario fue presa de personas viles que dejando de lado la ley de Moisés se quisieron aprovechar de   su precaria situación.

Pero está mujer a pesar de haber caído, se levanta y va en busca de quien consideraba podía interceder ante DIOS, hoy sabemos que nosotros mismos nos comunicamos con nuestro padre sin ningún tipo de intermediario, pero no olvidemos que se trata de una mujer desesperada, muy seguramente había clamado a DIOS y sentía que sus súplicas no eran escuchadas, por eso va y busca al profeta Eliseo, y le hace ver su condición, la cual ya era conocida por DIOS, pues para EL no hay  nada oculto, y DIOS utiliza a Eliseo para obrar en la viuda de la mujer necesitada,

DIOS obra en dicha mujer y nos demuestra que sus promesas se cumplen, porque el esposo de la viuda había sido un creyente, un servidor del señor, y por ello DIOS no desampara a su esposa y a sus hijos, sino que acude a su llamado cuando realmente observa que la mujer busca de DIOS, pues fue a buscar a Eliseo, es notorio que nosotros si queremos ver la obra del Alfarero en nuestras vidas debemos buscarle, pues solo allí podemos entender todo lo que es capaz de hacer.

Y lo primero que le pregunta a la mujer, qué hay en tu casa, y  ella contesta una vasija de aceite, entonces ve y busca más vasijas, DIOS te preguntará que hay en tu corazón, qué tanto  aceite tienes y de cuánto quieres llenarlo, porque la viuda a pesar de buscar la provisión de DIOS, no tuvo la suficiente fe para entender de lo que era capaz de hacer por ella, y se contentó con poco; igual nos pasa a nosotros, tenemos un corazón vacío y nos contentamos con llenarlo con un poco del aceite que DIOS derrama en nosotros, cuando por el contrario podemos gozarnos de él y llenarnos de su vid, de su pan, no saciarnos nunca de su provisión, y así como la viuda llenó las vasijas de sus vecinos, nosotros igualmente podemos llenar los corazones de todo aquel que necesita ser alimentado por DIOS, ser comunicadores de sus maravillas, pero no ser como la mujer que trajo unos pocos cantaros, sino de ir siempre por más, pues DIOS estaba dispuesto a llenar todas las vasijas que le trajera la viuda, y solamente cesó cuando ésta dijo que no había más.

DIOS quiere llenarnos de su amor, de su vid, de su aceite, ser nuestro proveedor, quien nos da el maná necesario para nuestro diario vivir, debemos dejar que obre en nuestras vidas, y buscarlo como lo hizo la mujer viuda, y abrir nuestros corazones ante su presencia para que sean llenos de su aceite, pues DIOS tiene para todos aquellos que le busquen, y los que no le buscan, EL está tocando sus puertas, tiene sus oídos listos para acudir a su llamado, solo espera ese llamado, pero no debemos esperar que nuestra condición sea como la de la viuda, sino por el contrario acudir prontamente con el pleno convencimiento que EL proveerá y lo hará también para todo aquella vasija que nosotros le llevemos a su presencia.

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